martes, agosto 23, 2005

La espera

Intento querer la bella pantalla de mi escritorio, con la gran ventana que se abre generosa hacia algunos visitantes. Ahora los tengo aquí. Al lado. Verdad que hace unos años no lo creería. Hay una tarea que lleva mis días y mis horas. Y a veces me hace doler por dentro. Como esa palabra que a veces no aparece. A veces estoy sola con mi deber y mi silencio. Hasta ese instante que tengo algo que decirme. Mi consuelo es que en las noches abiertas, acaso ahora mismo, se que hay una ráfaga y un reposo. Un sabor a frutillas fuertes. Un hombre que del mismo modo espera. Un deseo de darnos cuenta.

sábado, agosto 20, 2005

Desacuerdos

Entró por el pasillo y detrás de él el silencio, la espera, el aire espeso. Yo quería llorar pero las lágrimas se quedaban ahí. Enredadas entre las cortinas. Estaban. Pero encogidas.
- Tengo miedo- dije sencillamente. Pesadamente. Mientras él se hacía más pequeño derramándose al lado de la mesita de luz.
- Algo increíble. Tarda más el tiempo que el reloj.- fue su única respuesta.
Dos veces quisimos juntar las rodillas. Y dos veces temblamos de frío.
A veces es así: si uno se baja se demora el encuentro.

viernes, agosto 19, 2005

Eso imperceptible

Recortar solo un párrafo de una noticia perdida. Abandonada entre otras mil palabras que la rodean. Recortarla, ni siquiera prolijamente, pero si sacarla del mar de otros anuncios que tampoco informan nada. Colocarla arriba de la mesa. Ponerla, así, simplemente al lado de una taza caliente. Correrla de su lugar imperceptible y minúsculo. Para que sea toda ella. Altiva. Altanera. Orgullosa y sencilla noticia que hace momentos se extraviaba en el mundo. Sé que puedo acercarte eso imperceptible. Que septiembre sea septiembre. Llenarte los ojos con una banda de gorriones.

miércoles, agosto 03, 2005

Más conmigo

A veces sé que me duele algo. Pero no siento nada. Puedo solamente querer no estar en un lugar, aborrecer la obligación que me espera, asfixiarme en una habitación con gente. Las voces que hablan pero no dicen nada. Porque no son ellos pero me lo recuerdan. También una mano que no se acerca. Que tímida se queda rozando un vaso. El agua en el vaso que se evapora pero lento. Un crucigrama sin terminar. Los platos sucios. Amontonados. Rojos de salsa. Eso de irme. De irme despacio derramándome por los pasillos. Siendo yo pero sin que se den cuenta. También esperando desde ahí. Animándome desde ahí. Tardando desde ahí. Hasta que siento que el aire se va alivianando desde abajo. Espaciosamente. Lentamente más dueña de mi infortunio. Más cerca. Yo conmigo.

Un momento

Una pregunta se suspende en el aire. Asume un momento y desaparece. Las creencias que se mueven. Una hojita de albaca se inquieta ante mis dedos y se derrama. El sentido de las cosas en su desplegarse. Las palabras que se amontonan pero no dicen nada. El roce de tu mano. Eso sí. Un momento. Un momento que se queda pasando.