domingo, septiembre 07, 2008

Lilith


En uno de los principios, no fue Eva la primera esposa de Adán sino Lilith. Hecha del mismo barro que el hombre esta mujer no era inferior. Ni más débil. Ni dependiente. A orillas del agua Adán y Lilith se regalaban sonidos. Y acostados sobre la tierra, creaban hijos e hijas resplandecientes. Un día Adán se despertó enrarecido. Invocó a un creador celestial, masculino. Y como si esto no fuera poco: monoteista. Rojo de tanto orgullo comenzó a impartir órdenes e instrucciones. En vez de rencor, Lilith se llenó de carcajadas. Audaz y dueña de su belleza no había sido creada para obedecer, sino para entregar y abrazar amor. Por propia iniciativa, pronunció el nombre mágico de la divinidad, se elevó por los aires y se marchó del paraíso. Recién entonces Adán encontró a Eva y le dijo que había nacido de una de sus costillas.

No hay comentarios: