viernes, febrero 26, 2010

Lola Mora a puro cincel

A principios de siglo, la fuente de las Nereidas perturba el sueño de las ligas moralistas de la ciudad de Buenos Aires. Lola Mora ha creado a la diosa Venus en mármol de carrara, surgiendo desnuda de una concha marina. La acompañan mujeres y atléticos varones también al descubierto. Los defensores del decoro logran que la estatua no se coloque en la avenida Leandro N. Alem, demasiado cerca de la catedral. Pero tritones y  ninfas encuentran lugar en el Paseo del sur. Mientras se desgastan las infamias, nada puede detener la música que nace de esos cuerpos de piedra.

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